Estabanell cultiva la cultura de innovación desde dentro con Pioners2150: “El error no penaliza, crea aprendizaje”

10 Nov 2025

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A veces, las grandes revoluciones no empiezan con un producto ni con una tecnología, sino con una actitud. Con la voluntad de mirar hacia el futuro con curiosidad y valentía, de atreverse a experimentar, aunque el camino no siempre sea fácil. En Estabanell, esa convicción se ha materializado en Pioners2150, un programa de intraemprendimiento que ha movilizado a decenas de personas dentro de la compañía y ha despertado una ola de creatividad, colaboración y aprendizaje compartido.

Mirar 125 años hacia adelante

El nombre del programa no es casual. Este año, Estabanell celebra su 125 aniversario, y la iniciativa busca proyectar la mirada otros 125 años hacia adelante: hasta el año 2150. “Queríamos mirar lejos, reivindicar nuestro espíritu pionero”, explica Daniel Iniesta, director de desarrollo organizacional de la compañía. “Igual que nuestros antecesores supieron transformar una fábrica textil en una empresa eléctrica, hoy queremos seguir transformándonos y ser pioneros del cambio”.
Con esta visión, y a través de ERIA, el vehículo de Corporate Venturing de Estabanell que canaliza sus programas de emprendimiento, nació Pioners2150: un programa pensado para activar el talento interno, fomentar la creatividad y detectar ideas con potencial para convertirse en proyectos reales e innovadores.

Una llamada abierta al talento interno

La primera sorpresa llegó con la respuesta. De las algo más de 300 personas que forman parte del grupo Estabanell, 53 se apuntaron voluntariamente al programa. “Hacer una convocatoria abierta, en la que cualquier trabajador pudiera participar y salir un poco de su día a día, ya era una pequeña revolución”, cuenta Iniesta. “Y que casi un 18% de la plantilla se animase a participar ha sido un éxito enorme”.
De esa primera llamada surgieron 15 equipos multidisciplinares, formados por personas de distintas áreas, que se unieron para afrontar tres grandes retos: promover la economía circular y reducir residuos, diseñar nuevos servicios energéticos y de bienestar en el hogar, y mejorar la gestión del conocimiento interno.
El programa arrancó con una jornada de creatividad en el histórico espacio de Centelles —una antigua fábrica textil de Estabanell convertida (por un día) en centro de innovación—, guiada por la metodología Lombard de Imagine Creativity Center, con Xavier Verdaguer y el equipo de SDLI. “De aquella jornada salieron más de 200 ideas y un ambiente de entusiasmo contagioso”, destaca el director de desarrollo organizacional.

De la idea al prototipo: emprender desde dentro

De los 15 equipos iniciales, 10 pasaron a la siguiente fase, donde siguieron madurando sus propuestas bajo cierta presión, con plazos ajustados y sesiones intensivas de trabajo. “Fue una experiencia intensa, de aprendizaje acelerado y de comunidad”, recuerda Iniesta. “Hubo momentos de crisis, de duda, pero también de descubrimiento. La gente se ayudaba, se animaba, aprendía a trabajar con compañeros de otras áreas. Todo eso generó un compromiso y una motivación increíbles”.
En esta fase, cada equipo dedicó al menos cinco horas semanales a su proyecto, con tiempo y recursos facilitados por la empresa. Porque, como subraya Iniesta, “si pides a la gente que innove, también tienes que darle espacio para hacerlo”.
Finalmente, solo dos proyectos finalistas pasaron a la etapa de prototipado y validación: Elektra y Sil·lis.

Elektra: democratizar el conocimiento

El equipo Elektra se propuso resolver uno de los retos más complejos: cómo compartir y preservar el conocimiento dentro de la organización. Su propuesta combina tecnología y cultura colaborativa: una aplicación que permite consultar, aportar y acceder fácilmente a la experiencia de otros compañeros.
“Muchas veces el conocimiento se pierde entre correos o carpetas”, explica Ena Álvarez, portavoz del proyecto Elektra. “Queríamos crear un lugar donde cualquiera pudiera preguntar y encontrar una respuesta basada en la experiencia real de la empresa. Un sistema que crece con el tiempo, porque cada aportación suma valor”.
Más allá de la idea, lo que ha transformado a Ena fue la vivencia. “He cambiado mi manera de pensar. Antes era muy rígida, creía que solo había una forma correcta de hacer las cosas. Este proyecto me ha enseñado que hay mil maneras distintas, y probar otras te abre la mente. Incluso me ha ayudado a relajarme y confiar más en los demás”.

Sil·lis: evitar el desperdicio desde el diseño

El otro equipo finalista, Sil·lis, centró su reto en la economía circular. Desde la empresa instaladora Relsa, detectaron que muchas veces los materiales sobrantes o hechos a medida se desperdician. Su solución: usar inteligencia artificial y modelado 3D para optimizar el diseño y reducir errores antes de llegar a la obra.
“Queríamos atacar el problema en el origen”, explica Jordi Granès, portavoz del proyecto. “Si logramos automatizar parte del diseño y evitar errores humanos, ahorramos materiales, tiempo y costes. Y además, liberamos a los técnicos para que se concentren en lo que realmente aporta valor”.
El proyecto tiene, según Jordi, un enorme potencial de transformación: “Digitalizar los espacios y aplicar IA puede cambiar la forma en que se conciben las instalaciones. Y lo más valioso ha sido aprender a co-crear con compañeros de diferentes áreas. Eso rompe barreras y te da una visión más completa de la empresa”.

Una escuela de innovación y de humanidad

Pioners2150 no solo ha generado ideas innovadoras; ha creado personas innovadoras. “El impacto en la motivación y el compromiso ha sido altísimo”, afirma Iniesta. “La gente ha vivido algo que va más allá del resultado: han aprendido nuevas metodologías, han perdido el miedo al error, y han fortalecido competencias como la colaboración, la confianza y la generosidad”.
La frase “el error no penaliza, sino que crea aprendizaje”, se ha convertido casi en un lema del programa. “En la cultura tradicional, equivocarse se ve como un fallo”, reflexiona Iniesta. “Pero en innovación, el error es parte del proceso. Te enseña por dónde no ir. En nuestro programa de intraemprendimiento, cada intento, aunque no salga perfecto, deja una huella de aprendizaje que la organización puede aprovechar”.

Una iniciativa con continuidad

El programa culminó el pasado 15 de octubre con un Demoday, donde los dos equipos presentaron sus proyectos y los resultados alcanzados ante un jurado formado por miembros de Estabanell y del ecosistema emprendedor. La decisión no fue fácil: ambos demostraron un enorme potencial y una gran madurez en sus propuestas. Finalmente, el equipo Sil·lis se alzó como ganador y viajará a Silicon Valley para conocer de cerca uno de los ecosistemas de innovación más inspiradores del mundo. Por su parte, el equipo Elektra, finalista, representará a Estabanell en el Web Summit de Lisboa, una de las ferias internacionales más importantes en materia de tecnología y emprendimiento.
Pero, más allá de los premios, lo importante es la semilla plantada. Estabanell ya prepara nuevas ediciones de Pioners2150. “No puede quedarse en una experiencia puntual”, asegura Iniesta. “Queremos que esta manera de pensar y actuar forme parte de la vida diaria de la empresa. Que la gente siga lanzando retos, colaborando y aprendiendo”.
A través de ERIA, Estabanell seguirá impulsando esta cultura emprendedora y dará continuidad a los programas que fomentan la creatividad y la colaboración interna. Este es el verdadero propósito de Pioners2150: la evolución constante de Estabanell para que, en el año 2150, sea un ecosistema vivo de conocimiento, creatividad y personas pioneras.
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