Hablamos con el CEO de AticcoLab sobre el ecosistema emprendedor y el papel estratégico de la innovación
Experto en emprendimiento y open innovation, Quino Fernández es CEO de AticcoLab, la plataforma de apoyo al emprendimiento que desarrolla programas de aceleración para startups y que colabora en el programa de aceleración de Eria.
Quino Fernández tiene muy claros los requisitos que debe cumplir una startup: ser disruptiva y querer crecer exponencialmente.
¿Por qué es importante contar con un ecosistema fuerte de startups vinculadas al sector energético y las telecomunicaciones?
Tradicionalmente, nos han gustado más las startups digitales porque se desarrollan más deprisa y obtenemos beneficio más rápido. Pero un ecosistema potente necesita también startups de tipo industrial y la innovación que conllevan. Y si hay una industria con retos importantes ahora mismo es la energética y la de las telco.
¿Qué tecnologías y soluciones determinarán los procesos de innovación en los próximos años?
La IA y las deep tech van a cambiar miles de cosas. Todo lo que sea salir de la digitalización fácil va a triunfar en los próximos años.
¿Crees que la IA es una amenaza o una oportunidad?
Una oportunidad, sin duda. Sin embargo, muchos sectores profesionales deberán esforzarse para que no se convierta en una amenaza para ellos.
¿A qué problemas se enfrentan las startups?
Si le preguntas a la startup, el principal problema es la financiación. Y en realidad, se enfrenta a otro: la falta de experiencia del equipo. Pero sobre todo, la startup se enfrenta por su propia definición a la disrupción. Una startup debe cumplir dos factores: disrumpir de algún modo y tener una ambición de crecimiento exponencial. Si no, no es startup.
¿Cómo ayuda AticcoLab a estos emprendedores?
Intentamos evitar que cometan errores o disminuir el efecto de los que van a cometer. Por eso les ofrecemos mentores, gente con experiencia que ha pasado por allí antes. Y en cuanto a la financiación, les enseñamos a planificar sus necesidades de financiación y a cómo atraer y convencer a los inversores.
¿Por qué son tan necesarios los programas de aceleración como el de Eria y Aticco?
Los programas de challenge y de retos con startups permiten a las empresas explorar soluciones a los problemas de futuro. A la corporación, estos programas le permiten empezar a investigar y a trabajar en lo que vendrá. Y a la startup, poder salir del laboratorio y trabajar en el mundo real.
¿El programa de aceleración de Eria en concreto, qué valor diferencial aporta?
Es un programa creado desde una industria concreta, la energética, y con una clara intención de ayudar a la startup, de darle la oportunidad de desarrollar su proyecto en un entorno real. Y, además de aportar los mismos beneficios que un programa de aceleración tradicional, aporta todos los contactos y el conocimiento de esta industria concreta.
Varios informes destacan una caída importante de inversión en startups en 2023. ¿A qué se debe?
Durante la pandemia se paralizaron las inversiones. En 2021-2022 vivimos un subidón, y ahora, con esa caída, en realidad vemos una recuperación de la normalidad.
¿Qué aporta la Ley de Startups y qué más debería incluir?
La Ley de Startups aporta muchas cosas para las startups en fases iniciales. Sobre todo, facilidades para la inversión, para la contratación y en cuanto a temas impositivos. Debería incluir lo mismo para startups en fases más avanzadas. Muchas de las ventajas que esta ley aporta a las startups se excluyen cuando la startup ya ha recibido inversión o ha crecido.
¿Qué libro recomendarías a quienes han emprendido o están pensando en hacerlo?
Hay un clásico que todo emprendedor debería leer:
“El método Lean Startup: Cómo crear empresas de éxito utilizando la innovación continua”, de Eric Ries.
También me gustaría recomendar:
“Organizaciones exponenciales”, de Salim Ismail, Michael S. Malone y Yuri van Geest.
¿Qué harías diferente si tuvieras una segunda oportunidad?
Como emprendedor buscaría más ayuda. No lo hice en su momento y creo que es muy necesario. Otra cosa importante: hablar con el cliente. La startup evoluciona su producto muy deprisa y para eso hay que hablar con el cliente. Y, a nivel personal, tal vez debería haber dado más importancia a la formación como complemento a la experiencia personal.
